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Madrinas con mantilla y peineta ¿Cómo lucir este complemento?

Tras los novios, existe una figura de gran relevancia y donde se centran todas las miradas. Esa segunda gran protagonista que vive la celebración con gran intensidad y felicidad, y cuyo look será una de las sorpresas más esperadas por los invitados. Sí, así es, hablamos de la madrina. Y ¿Qué hay más especial en las bodas españolas que la madrinas con mantilla y peineta?

Un complemento tan tradicional, castizo, hermoso, y arraigado a nuestra historia que inunda de elegancia y distinción a la madrina que lo lleva.

El origen de la tradición de las madrinas con mantilla y peineta

El origen del uso de la mantilla se remonta tan atrás en la historia española, que tan sólo se pueden hacer conjeturas sobre el mismo. Sin embargo, su popularidad alcanzó gran auge en el siglo XVII gracias a los inspiradores retratos femeninos de Velázquez, donde las mujeres aprovechaban para lucir sus mantillas de paño y seda.

Más tarde, durante el siglo XIX, su usó se extendió a las damas de alta condición social tras las apariciones de la reina Isabel II, acompañada por las damas de su corte, todas, luciendo la tradicional mantilla de encaje, el tejido favorito de la reina.

Pero la vida de la mantilla española llegará a convertirse en un símbolo a partir de 1868 cuando con motivo por el descontento durante el reinado de Amadeo de Saboya, las mujeres de la nobleza decidieran lucirla como protesta pacífica en apoyo al españolismo y a la Casa de Borbón. Un momento histórico protagonizado por este accesorio que quedará reflejado como «La Rebelión de las Mantillas».

Si bien es cierto que a partir del siglo XX la mantilla empieza a caer en desuso, aún conserva su auge en actos solemnes de tipo religioso como en Semana Santa o en bodas de etiqueta.

Protocolo para madrinas con mantilla y peineta

Como norma protocolaria, la única invitada que puede lucir la mantilla es la madrina. Existe excepción, si en la invitación de los novios se especifica que las invitadas lleven este complemento, pero por lo general, son casos muy puntuales. Asimismo, si la novia decide lucir mantilla, su uso sería exclusivo, no pudiendo llevarla en ese caso la madrina.

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Por otro lado, se debe tener en cuenta que la mantilla únicamente puede utilizarse en bodas religiosas, nunca civiles. Otra de las condiciones que rige para poder lucirla es la formalidad del evento, es decir, que la boda ha de ser de cierta etiqueta.

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Mantillas de madrina de colores y tipos de tejido.

En cuánto a las tonalidades, podemos encontrar mantillas de madrina de todos los colores, pudiendo buscar el mismo color del vestido si así se desea.

Antiguamente, la costumbre dictaba que el blanco o marfil se reservase para las mujeres solteras, mientras que al resto se les dejaba el negro. Sin embargo, en lo referente al ámbito estrictamente nupcial, el blanco es el color utilizado por la novia, mientras que en la mayoría de las celebraciones más tradicionales, las madrinas optan por el negro.

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En cuanto a los tejidos, podemos encontrar los siguientes:

  • Blonda. Se forma por dos sedas combinadas, con motivos florales y los bordes terminados en puntas de castañuela.
  • Chantilly. Su nombre se debe a su procedencia, la localidad francesa Chantilly. Es una tela calada compuesta por motivos florales y con acabado en puntilla en los orillos.
  • Tul. En un tejido de fondo de tul se bordan motivos a mano.

¿Cómo deben ir las madrinas con mantilla y peineta?

Aunque las madrinas con mantilla y peineta son sin lugar a dudas las invitadas más distinguidas y elegantes que podemos contemplar en una celebración nupcial, también es cierto, que para conseguir este efecto de estilo y refinamiento, hay que saber cómo llevarla, y cómo combinarla.

La peineta

Colocarse la mantilla requiere de gran destreza, siendo necesario utilizar ayuda para hacerlo, y un elemento muy importante, la peineta, que se coloca a modo de tocado debajo de la mantilla. Por su resistencia, las más utilizadas son las peinetas de carey para mantilla negra, y las peinetas de nácar para mantilla blanca.

En la elección de la altura de la peineta también se tendrá en cuenta la altura de la mujer que la porta. Siendo recomendable usar peinetas cortas en mujeres más altas, y peinetas más largas, en damas de menor estatura para compensar. Otro detalle a valorar serían los rasgos faciales. Peinetas altas para caras redondas y peinetas cortas para caras alargadas.

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El largo de la mantilla

El tercer punto a estimar sería el largo de la mantilla. Debe adaptarse al largo del vestido pero de forma común, en la parte frontal llegará a la altura de las muñecas, y la parte trasera, al nivel de las caderas.

Por norma general, en una boda día (recordar que el protocolo dice que para boda de día tanto la madrina es la única invitada que puede ir de largo), si lleva mantilla, el vestido o traje debe ser corto. Y la mantilla no puede superar el largo de la falda. El traje puede además ser de dos piezas.

Sin embargo, en una boda de tarde, donde necesariamente debe ir de largo, el vestido o traje debe ser de una pieza. Asimismo la manga tiene que ser larga o francesa. En este caso, la mantilla debe ser corta.

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La pareja de las madrinas con mantilla y peineta

Otra de los detalles a tener en cuenta para la elección de la mantilla es el estilo y altura del padrino, que deberá ir de etiqueta o traje de gala, en concordancia con la madrina. Su estatura también debe ser proporcional con la altura de la peineta de la madrina, debiendo ésta intentar no superar en demasía la del padrino, o al contrario, si es una dama bajita, utilizar una peineta alta para igualarse.

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